En este diario de viajes compartiré algunas de mis vivencias sobre los diferentes lugares en los que he vivido: Madrid, Londres, Montevideo, Harbin y ahora Moscú. Cuando hable de alguien no pondré su nombre, si alguna vez patino confío en que me disculpéis. En la medida de lo posible y de que me apetezca, trataré de que el título o algunas palabras de cada entrada estén relacionados con diversos aspectos musicales y contengan enlaces para que podáis escuchar canciones. Espero que os entretenga.

Desafiando a la gravedad

Tras un fin de semana más entretenido de lo habitual por estos lares recibí la visita de la novia de un amigo. Quedamos para comer, no nos coordinamos bien y nos vimos más tarde de lo esperado. Afortunadamente, nos dio tiempo a hacer todo lo que queríamos: ir de compras, merienda-cena en un vegetariano que le recomendaron y acudir al musical "Wicked". ¿No quería el señor realizar actividades novedosas?, pues toma taza y media.


Como somos personas precavidas y no queríamos que nos esquilmaran el bolsillo compramos las entradas por internet casi con un mes de antelación. En función de nuestro presupuesto y del aforo ya vendido sólo nos dio para sentarnos en la penúltima fila del segundo anfiteatro, pero aun así disfrutamos como enanos.

Ella es una gran aficionada al género y fue quien propuso el asunto, mientras que a mí siempre me había dado repelús y me desvirgué porque se centra en la la vida de la bruja del Oeste de "El mago de Oz", una historia que me fascina desde bien pequeño, no sé exactamente por qué. La obra es producto de una novela escrita a finales de los 90 y su argumento, bastante original a pesar de tirar de algún tópico manido, desarrolla los antecedentes.

Los decorados fascinantes, el sonido en directo de la orquesta impecable, los actores estupendos, las coreografías y los efectos espectaculares, diálogos graciosos y con guiños al original, ¿qué más se puede pedir? Eso sí, todo en inglés; hubo frases que no entendí, pero seguí la trama sin problema. En el intermedio ya estaba emocionado: le di un abrazo, le agradecí la sugerencia y me compré una camiseta conmemorativa, como tengo pocas...


Al acabar las alrededor de dos horas y media la ovación fue atronadora y poco habitual por lo excesivo, según la entendida curtida en mil teatros nacionales y extranjeros. Tras salir y advertirme que había puesto el listón muy alto para el siguiente porque era el mejor musical que ella había visto nunca nos hicimos unas fotos, tanto juntos como con alguno de los actores. Lo que le faltaba a mi economía, aumentar la oferta de productos que me motivan dentro del mundo del espectáculo.

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