En este diario de viajes compartiré algunas de mis vivencias sobre los diferentes lugares en los que he vivido: Madrid, Londres, Montevideo, Harbin y ahora Moscú. Cuando hable de alguien no pondré su nombre, si alguna vez patino confío en que me disculpéis. En la medida de lo posible y de que me apetezca, trataré de que el título o algunas palabras de cada entrada estén relacionados con diversos aspectos musicales y contengan enlaces para que podáis escuchar canciones. Espero que os entretenga.

Mi primer concierto de rock

Una compañera del curso de inglés me propuso asistir con su novio y colegas a ver al grupo del que luego me enteré es el actual marido de la modelo británica que, en su día, estuvo saliendo con otro músico más bandarra del que soy coetáneo.

Sin embargo, con la entrada ya comprada me comunicó que recibía una visita familiar y no podía venir, así que acudí por mi cuenta. No era el estreno que deseaba, pero ya estaba pagado y no pude revender en la puerta.

El evento tuvo lugar en una de las academias con nombre de elemento químico que tenía muchas ganas de conocer. El recinto me encantó y me sorprendió su público tan diverso, desde sexagenarios hasta una punka tatuada con la odiosa gata del lazo.

Los primeros teloneros tocaban música oscura que no me enganchó, mientras que el segundo era un soporífero cantautor armado con su guitarra acústica y "pinta de Jesús que vuelve", como me espetaba mi madre cuando (yo) gastaba greñas y barba.

Finalmente salió el grupo principal, del cual sólo había escuchado su último disco para no llegar de nuevas. Empezaron mal, sin siquiera asomar la gaita, cuando pusieron un telón de fondo con estampado de leopardo, que antes era choni y ahora está de moda.

Luego mejoraron, con cuatro tíos tocando los bombos ―dos a cada lado del escenario―, aunque fastidiaron una de las canciones que más me gusta. Guitarras setenteras, melodías simples, mutis a los 50 minutos y bis hasta los 90. Más que entretenido.

Pincha el enlace para ver el previo entre bambalinas.

Lo mejor fue que conocí a una pareja encantadora y, al terminar, nos fuimos a tomar unos algos. Él hablaba algo de español, ella sé enganchó un pedo digno de británica. Quedaron en ponerse en contacto conmigo otro día, aún les estoy esperando.